Fases del ciclo
La duración de un ciclo menstrual puede variar de una persona a otra, pero suele durar entre 21 y 35 días. Está controlado por hormonas como el estrógeno y la progesterona, que actúan conjuntamente para engrosar el revestimiento del útero y prepararlo para el embarazo. Si se fecunda un óvulo, el cuerpo no desprende el revestimiento. En caso contrario, el revestimiento se desprende y el proceso vuelve a empezar.
Durante la ovulación, los ovarios liberan un óvulo y los niveles de estrógeno alcanzan su máximo, lo que hace que sientas más interés por el sexo. Sin embargo, durante la menstruación, los niveles hormonales descienden, lo que puede disminuir el deseo sexual y/o hacer que la actividad sexual resulte menos cómoda.
Durante la fase folicular, las dos primeras semanas de tu ciclo, tu libido puede estar al máximo debido al aumento de estrógenos.
Sin embargo, durante la fase lútea, dos semanas antes de la menstruación, los niveles de estrógeno descienden mientras que las hormonas progesterona y prostaglandina aumentan, lo que puede provocar sequedad vaginal, disminución de la libido y más calambres... La prostaglandina contribuye a los calambres al contraer el músculo liso del útero, lo que también puede causar náuseas y diarrea. Cuando estás lidiando con el dolor de los calambres (y posiblemente con elementos aún más incómodos además de eso), no es precisamente fácil sentirse sexy y de humor.
A medida que se acerca la fase menstrual, los niveles de prostaglandinas disminuyen y los dolores menstruales suelen remitir.
Ser consciente de estas fases mejora la conexión con tu propio cuerpo y te capacita para comunicarte eficazmente con tu pareja acerca de tus necesidades. Recuerda que no hay nada malo en experimentar fluctuaciones en tu deseo sexual durante las distintas fases del ciclo: ¡es una parte normal de la menstruación!
Vergüenza menstrual
La vergüenza menstrual es real. Preocuparse por la reacción de la pareja ante la sangre menstrual puede ser fuente de ansiedad y vergüenza, lo que lleva a evitar la actividad sexual.
Es importante normalizar la sangre menstrual y dejar atrás la vergüenza que nos han hecho sentir al respecto. La menstruación es una parte normal de la vida y no debe estigmatizarse.
Habla con tu(s) pareja(s) sobre tus sentimientos de vergüenza y tu deseo de superarlos y experimenta con distintas posturas sexuales o utiliza una copa menstrual para ayudar a aliviar la ansiedad en torno a la actividad sexual durante la menstruación.
Estrategias para controlar el ciclo y la vida sexual
Tanto si sufres calambres dolorosos, hemorragias abundantes o cambios de humor, hay estrategias que puedes utilizar para mantener tu vida sexual durante todo el ciclo.
Una de las estrategias más eficaces es el ejercicio. La actividad física regular puede ayudar a reducir los calambres, mejorar la circulación y levantar el ánimo.
Una dieta sana, rica en frutas, verduras y cereales integrales, puede proporcionarle los nutrientes que su organismo necesita para funcionar a pleno rendimiento.
Dedicar tiempo a actividades de autocuidado como la meditación o un baño caliente puede ayudarte a relajarte y recargarte durante las fases más agotadoras del ciclo.
Recuerda que no pasa nada por dejar de practicar sexo si eso es lo que te resulta más cómodo.
Existe una relación significativa entre los ciclos menstruales y el deseo sexual, y es importante considerar formas de controlar estos efectos. Si hablas con tu(s) pareja(s), exploras diferentes opciones para aliviar las molestias físicas y aceptas los ciclos naturales de tu cuerpo, podrás mantener una vida sexual sana y placentera durante todo el mes. No dejes que tu ciclo te impida disfrutar plenamente de tu sexualidad.